Cuando estamos en un grupo de
amigos en los que todos provenimos del mismo país y tenemos la misma cultura,
nos sentimos a gusto y acogidos, pero ¿sentimos lo mismo cuando estamos con
gente de distinta cultura, raza, religión, país…? A veces nos sentimos
incómodos al estar con ellos, sentimos un metafórico muro el cual nos separa
pero, cuando de verdad interactuamos, este muro desaparece, y empezamos a ver más
allá de las diferencias físicas. Nos empezamos a dar cuenta que psíquicamente
sienten lo mismo que nosotros, quizás no tengan iguales opiniones sobre algunos
temas pero si padecen las mismas emociones. Gracias a esto podemos hablar con
gente de otras culturas y así acercarnos más a ellos. A menudo no sentimos prejuicios
raciales a hablar con ellos, tan solo tenemos miedo a que nuestra opinión los
ofenda, por esto es bueno conversar para que nos podamos entender ya que en el
fondo todos sentimos los mismo.
En ocasiones vemos a una persona
de otro color o con rasgos o vestimentas no comunes en nuestra sociedad e
inmediatamente lo calificamos como inmigrante sin tener en cuenta que quizás
solo sea un extranjero. Esto ocurre porque muchas veces no sabemos cuál es la
diferencia entre estos dos términos. Las diferencias son abismales, pero quizás
no haya que fijarse en si es inmigrante o extranjero, lo mejor sería en que
solo nos fijáramos en lo que vemos, no detalladamente si no generalmente, ¿Qué
vemos? Pues vemos a una persona con derechos, libertades, posiblemente con las
mismas esperanzas e ilusiones que nosotros, eso es lo que realmente deberíamos
ver.
Muy pocas veces nos damos cuenta
de lo que se siente al ser distinto, pero no hace falta marginar o insultar
para discriminar a una persona. Me gustaría ponerme como ejemplo. Mi familia es
de religión católica, y yo siempre lo he sido, este año, en el instituto me
apunte a clase de religión, en mi clase solo estoy yo con otro alumno, este,
por motivo de que sus compañeros lo insultaban por ir a esta materia no acude a
clase y suspende esta asignatura, yo por mi parte si voy, pero a veces por
miembros de mi clase me siento discriminada por acudir, ellos quizás hacen los
comentarios graciosos sin el fin de ofender, pero lo hacen.
En esos momentos en los que yo me
convierto en el “otro”, siento lo que sentiría un extranjero o inmigrante al
llegar a un país o lo que siente una persona de una religión en un sitio de
ateos. En otros momentos me doy cuenta que el ser diferente me hace especial,
me hace única, y esto hace que en mi clase haya más enriquecimiento social y
variedad de opiniones.
Me gustaría mencionar una
historia muy curiosa que posiblemente poca gente sepa, yo por mi parte hace
unos días que la escuche y me quede asombrada porque esta chica, ahora mujer,
de la que voy a hablar no aparece en libros de historia ni nadie ya la
recuerda.
Hace 50 años, en EEUU la
segregación racial era uno de los problemas más importantes que había, muchos
estados lo tenían como ilegal y otros todavía seguían con sus prejuicios. Sobre
esos tiempos, una chica de 6 años de raza afroamericana, impulsada por sus
padres decidió acudir a una escuela privada que en aquella época era solo para
“niños blancos”. Tuvo que acudir escoltada por el FIB, no la dejaban a penas
llegar a la escuela.
Ruby Bridges se convirtió en la
primera niña en ir a una escuela de este tipo en el sur de Estados Unidos ¿os
suena el nombre? No creo, al contrario que Anna Frank su historia hoy en día no
es famosa, pero a mí me parece muy interesante ya que ella se tuvo que enfrentar
a una gran cantidad de personas que sin conocerla la juzgaban solo por el
motivos de que su melanosoma era más densa (causa que provoca el color más
oscuro de la piel) nadie sabía realmente como era pero la calificaban de
delincuente, hija del diablo…hasta amenazaban con matarla. Una inocente niña de
solo 6 años no podría tener nada de malo pero esto no lo sabían porque solo se
fijaban en el color de su piel.
Gracias a que ahora esto ya no
ocurre pero con esta mini-biografía quería reflejar los prejuicios que tiene
una sociedad. No sabemos ver más allá de lo que nuestros ojos nos permiten, y
esto es uno de los rasgos más negativos que el ser humano tiene.
Como bien mencione esta historia
a penas se conoce, la culpa fundamentalmente la tienen los medios de
comunicación. Todos hemos entendido que no somos iguales pero tenemos los
mismos derechos y lo hemos entendido porque en clase hemos tenido a alguien
para hacernos ver esto, otras personas mientras estudiaban no han podido
recibir esta enseñanza y yo creo que si los medios de comunicación se
involucraran mas en defender la igualdad podríamos cambiar nuestra manera de
pensar un poco más.
Ser diferente es muy bueno,
gracias a ello existe la diversidad y lo que no podemos a hacer es sancionar a
la gente por ser diferente. Todos somos diferentes, de una manera o de otra
pero lo somos.
"Mi mamá me dijo que no puedo
jugar contigo porque eres una negra".
Con eso entendí todo.
Era
por el color de mi piel.”
Ruby Bridges a los 7 años se dio
cuenta de los prejuicios de una
sociedad hacia ella solo por su color.